El pasado viernes, el conocido urbanólogo Néstor García Canclini habló en New York University sobre "Los conflictos culturales en el futuro de las ciudades". Aquí va, no una sinópsis de todo su argumento sutil y complejo, sino algunas notas sobre los comentarios que me parecían más notables.
La “cultura” es generalmente entendida como patrimonio cultural, o sea, una acumulación de bienes del pasado. En cambio, el “desarrollo” se entiende como una mira al futuro. Pero claro, la cultura -- o más bien, las múltiples culturas urbanas -- continúan vivas y afectan y reciben efectos del desarrollo económico y tecnológico.
La globalización se tiende a interpretar como una homogeneización cultural, pero lo que realmente está pasando en las ciudades es un sin fin de brotes de culturas minoritarias, cada una con sus reclamos y reivindicaciones. O sea, mientras el gran capital, las industrias financieras, energéticas etc. crean sus sistemas integrados y globales, a nivel de la calle hay una fragmentación no de barrios (o sea, no territorial) sino más bien tribal. ¿Cómo puede vivir la participación democrática para la sociedad en conjunto en tales circunstancias? Existen ejemplos valiosos pero aislados de democracia participativa, en algunas ciudades o algunos barrios de ciudades en América Latina. La idea parece ser similar a la de las guerrillas de los 1970, crear un “foco” desde el cual las ideas y prácticas revolucionarias pueden emanar a zonas más amplias. No hay ninguna seguridad de que la estrategia del “foco” democrático urbano prospere más que el fatídico “foco” guerrillero rural de los 70.
Mientras las grandes empresas construyen la ciudad espectáculo, con ostentosos edificios y complejos urbanos modernos y llenos de efectos tecnólogicos, la población general vive en la ciudad paranóica; Carlos Monsiváis habla de la ciudad post-apocalíptica, porque “lo peor ya pasó”. (Y tiene razón : es difícil imaginar un desastre peor que el terremoto de 1985, cuya memoria sobrevive no solamente en la imaginación de los sobrevivientes sino también en los escombros que todavía quedan en muchas partes.)
En épocas anteriores, la ciudad era imaginada por los escritores. Hoy, dice NGC, por los periodistas y por la radio. Las únicas personas que tienen una visión total y abarcadora de toda la ciudad (especialmente una ciudad gigantesca como México o Los Angeles o San Pablo) son los que la observan desde un helicóptero, o sea, policías y periodistas. Así que hemos pasado de la “ciudad letrada” de que hablaba Ángel Rama, a la ciudad audiovisual.
me leo todo — no me salto / ni los avisos económicos… — Nicanor Parra, "El Premio Nóbel [de Lectura]"
26 septiembre 2005
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Datos personales
- Geoffrey Fox
- Geoffrey Fox's short story collection Welcome to My Contri (1988, enlarged e-book 2010) was described by The New York Times Book Review as a "short and impressive work" in which "Mr. Fox [...] has created a memorable set of players who, while not natural antagonists (they often share the same dreams and goals), are still somehow bent on confrontation. Watching their sometimes vicious, often darkly humorous interactions leaves us thoroughly wrung out and aware that we are in the presence of a formidable new writer". Novels: A Gift for the Sultan (2010), Rabble! (2022) His articles, op-eds and book reviews have appeared in The Nation, The New York Times, the Village Voice and other publications. Since 2008, Fox has been living with his partner, architect Susana Torre, on the edge of the Mediterranean in the village of Carboneras in Andalusia, Spain, where his short stories (in Spanish) under the pen name "Baltasar Lotroyo" ("el otro yo" = alter ego in Spanish) have appeared in anthologies and online publications.
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