
Una farsa misteriosa donde no pasa nada, dos veces. Dos vagabundos y amigos, Vladimir y Estragón, esperan a alguien o algo que ni ellos saben quién/qué es. O sí pasan cosas, como la entrada en escena de un amo y su esclavo, pero los dos vagabundos no saben interpretarlas ni aprovecharlas y Estragon ni siquiera las recuerda. La misma "nada", o falta de acción que cambia la situación, se repite con curiosas y ambiguas variaciones en el Segundo Acto. Puede ser difícil hoy entender por qué la obra causó una sensación tan grande cuando se estrenó en París en 1953, y dentro de un año estaba montada en 30 teatros en Alemania y traducida a sendos idiomas. Esta nota por Pedro Barceló puede ayudar a entender el fenómeno:
ESPERANDO A GODOT. Y hoy día, ¿Qué nos dicen los tristes payasos de Samuel Beckett? Nos reconocemos en ellos, esperando alguna solución mágica a la falta de comprensión, la falta de proyecto? La obra es muy cómica, con chistes visuales de circo,y muy triste, también como los payasos de circo. ¿Será verdad, como dicen ellos, que todos nuestros derechos los hemos vendidos? (Otra selección del Club de Lectura de la Biblioteca de Carboneras)
Beckett, Samuel.
Esperando a Godot. Título original:
En attendant Godot (1952, Les Éditions de Minuit). Trans. Ana María Moix. Fábula. Barcelona: Tusquets Editores, 1982 [1952].
Foto: Vladimir y Estragon sostienen al despótico Pozzo, ayudados por el esclavo de éste, Lucky, en un montaje de la obra de la TALÍA TEATRO en Santiago de Compostela.
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