En este reportaje de una visita de sólo 4 días al Levante de Almería (Níjar, Rodalquilar, Los Escuyos, Carboneras) en 1954, el jovencísimo forastero (Goytisolo había nacido recién en 1931 en Barcelona) mezcla observaciones visuales muy agudas y detalladas con diálogos cómicos de los rústicos habitantes, pero también trata de encubrir su falta de conocimiento de la región con una pedantería absurda. Me refiero al capítulo IX donde afirma “que los almerienses nunca han sido protagonistas de su historia, sino más bien comparsas, resignados y mudos” -- desde la ocupación por los fenicios!
Con todos sus defectos, el librito es lectura obligada para los que queremos conocer la historia reciente de esta zona, para ver cómo se han transformado los campos de Níjar y su entorno en este medio siglo. La pobreza e ignorancia (de letras, de medicina,del mundo exterior) que vio Goytisolo en 1954 eran espantosas.
Allá en 1954, el carretero Argimiro podía explicar al joven forastero,
--Aquí, la gente no baila agarrá como en las capitales. En los cortijos, la costumbre es tocá fandangos pá que bailen las mujeres y los mozos inventan la letrilla diciendo, por ejemplo, la que prefieren o la que les parece más guapa. Hasta hace poco tiempo, tós los noviazgos ligaban asín. Pero el mocerío de esta parte es mú bruto y, a la que uno lleva dos copas encima, le da por soltá verdaes con música y faltá a los otros, y ya tié usté armá. Que si ladrón, que si embustero, que si tu padre, que si el tuyo y, al finá, acaban llegando a las manos. [92]
Hoy los campos de Níjar y su entorno ya no sufren la falta de agua, de atención médica, de vías de comunicación y de casi todo menos chumberas y esparto de que se quejaban Argimiro y otros interlocutores del forastero, y la ignorancia no es obligatoria. Pero todavía hay veces que acaban llegando a las manos.
Juan Goytisolo
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