
Ya que Penélope Cruz ha comprado los derechos cinemáticos del libro, podemos esperar ver su interpretación de ese personaje, si es que lo lleva a cabo. Porque un descendiente del maharajá, Shatrujit Singh, ha declarado "que viajará a España para llevar a Moro ante los tribunales, tratar de obligarle a cambiar los nombres o corregir el texto y evitar que la película se lleve a cabo, algo que el escritor español considera prácticamente imposible." (Los maharajás de Kapurthala se querellarán contra un proyecto cinematográfico de Penélope Cruz) O por lo menos eso decía El Mundo hace 3 años. Moro, el autor, dice que todo lo que cuenta, salvo los diálogos imaginados, es verdad y documentado en periódicos de la época.
Independientemente de si todo el escándalo de la última parte del libro -- l'affaire de Anita con un hijo de su marido -- es verdad o no, el lujo y la extravagancia de las últimas décadas del Raj (el régimen británico en India) son detalles auténticos. En la India como en sus otras colonias, los ingleses practicaban lo que llamaban "indirect rule" -- "gobierno indirecto" -- o sea, a través de las autoridades tradicionales, llámense "reyes" (como en África) o "rajás" o lo que sea. Así les dejaban amplia autonomía a los reyezuelos para gastar lo que quisieran e imponer sus caprichos sobre la población local, siempre que no afectara los intereses comerciales ni ofendiera demasiado las sensibilidades inglesas (por ej., permitían la poligamia pero no querían que se casaran con mujeres europeas, como hizo el rebelde maharajá de Kapurthala). El gobierno indirecto era la única manera para un país relativamente pequeño -- el Reino Unido tenía sólo 30 millones de habitantes en 1900 --dominar territorios tan vastos como el subcontinente indio (250 millones entonces), además de sus otras colonias desde África a Burma, las Antillas y Centroamérica. Pero era un método insostenible, en parte porque estimulaba las mismas aspiraciones de autogobierno que frustraba, mientras el desarrollo de las fuerzas productivas coloniales chocaba con los privilegios tradicionales de explotación de los sátrapas coloniales. Cuando todo el sistema mundial de imperios empezaba a tambalear en la Gran Guerra de 1914-1918, y el Raj no pudo cumplir sus promesas de autonomía y bienestar, brotan los movimientos independentistas irreprimibles, muchas veces liderados por los que habían sido los colonizados más privilegiados de otrora.
Bueno, ya conocéis la historia, de Mohandas Ghandi y "la marcha al mar", de las campañas por la independencia en India y otras colonias, hasta que la Segunda Guerra Mundial acabó de reventar todo el sistema.
Así que esta curiosa historia de Anita Delgado y el Raja-i-Rajgan (rey de reyes) Jagajit Singh, el maharajá de Kapurthala, es una mera anécdota sobre ese mundo desaparecido. Y para lectores españoles, también permite un vistazo nostálgico al mundo de Alfonso XIII, la España que todavía no se atrevía a entrar el mundo moderno, en víspera de las grandes conmociones de la Répública y luego los años de la catástrofe de 1936-39 y sus secuelas.
Foto: Jagatjit Palace en Kapurthala