Por Fidedigna Fuentes
exclusivo para Iberomundo
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Nueva York -- El auge de Barack Obama, el primer afroamericano con serias posibilidades de llegar a la presidencia del país más poderoso del mundo, no para de crecer. Para ayudarnos a comprender este fenómeno tan sorprendente, entrevistamos al sociólogo estadounidense Geoffrey Fox, autor de Hispanic Nation y otros libros sobre las relaciones étnicas en EE.UU. y otros países. La entrevista tuvo lugar en su apartamento a pocas cuadras de Central Park en Manhattan.
Fidedigna Fuentes -- Dr. Fox, usted ha observado la dinámica racial de Estados Unidos por muchos años. ¿Le sorprende el fenómeno Obama?
Geoffrey Fox -- Yo creo que ha sorprendido a todo el mundo. Quizás la única persona no sorprendida ha sido el mismo Barack Obama, o acaso su mujer Michelle, que parece tener enorme fe en su marido.
FF -- ¿Cómo explica usted el auge de Barack Obama, un negro tildado de izquierdista, en un estado como Carolina del Norte, antiguo estado esclavista y baluarte del conservadurismo más rancio de un senador como Jesse Helms, el "Senador No"?
GF -- Hay por lo menos tres factores nuevos. Primero, la demografía de Carolina del Norte y otros estados sureños ha ido cambiando desde la época de Jesse Helms. No solamente hay más inmigrantes de América Latina y otras partes del mundo "no blanco", sino que también ha habido mucho mayor concentración en las áreas urbanas donde las actitudes tienden a ser más, como decimos en este país, "liberales". Y la población negra que siempre estaba allí, ahora también es más urbana y más consciente de sus derechos, y obviamente muy motivado en esta elección a votar.
Segundo, el contexto nacional y global es totalmente diferente. Carolina del Norte ya no es un enclave que puede resistir las tendencias de otras partes, sino es solamente otro paraje de un mundo globalizado. En realidad siempre lo era, pero ahora la relación entre el bienestar del estado y los mercados y los conflictos en otras partes del mundo es mucho más evidente. Sus hijos e hijas se están muriendo en Iraq y Afganistán, sus industrias están sufriendo la competencia de China e India y otros países, y la crisis bancaria está golpeando a todo el mundo. Y la tecnología de comunicaciones, Internet y teléfonos móviles etc., hace mucho más fácil presentar información y movilizar gente. Todo esto hace que la gente piense seriamente una propuesta de cambiar la orientación del país para enfrentar estos nuevos desafíos. McCain tiene sus propuestas, pero parece que para muchos ciudadanos las propuestas de Obama son más convincentes. Es obvio que las respuestas del gobierno de George W. Bush no han sido adecuadas.
FF -- Usted dijo que había tres factores.
GF -- Sí, efectivamente. El tercer factor y quizás el más importante ha sido el candidato mismo. Su biografía extraordinaria, su combinación de las tradiciones blanca y negra en su persona, su gran tranquilidad, y su inteligencia deslumbrante. A pesar de ser tan joven, el candidato a presidente más joven desde John F. Kennedy, y de tener sólo cuatro años como senador nacional, Obama ha sabido dirigir una campaña presidencial muchísimo más eficiente que McCain, ha podido responder elocuentemente a todos los ataques mediáticos, y ha podido tranquilizar con su presencia y su discurso meditado a votantes que antes no podrían imaginarse apoyando a un negro. Y ha recaudado sumas de dinero récord.
FF -- Explíqueme ese término ‘liberal’ que tanto usa McCain en contra de Obama. Para nosotros en Europa o en América Latina, un liberal es amigo de las grandes empresas, que favorece el mercado sin trabas y libre de reglamentos. O sea, un capitalista conservador.
GF -- Sí, ya sé. Pero en Estados Unidos se le ha dado el significado casi opuesto. Por "liberal" se entiende uno que favorece la intervención del estado para promover la igualdad de oportunidades, algo como la democracia social en otros países. Para la derecha del Partido Republicano esto es anatema, equivalente al socialismo revolucionario. Así que cuando [el senador John] McCain acusa a Obama de querer ‘spread the wealth around’, o sea, redistribuir la riqueza, los que acuden a sus mítines lo aplauden con fervor.
FF -- ¿Pero no es cierto que la propuesta de McCain, de eximir a las empresas más grandes del país de sus impuestos, redistribuye la riqueza? Sólo que la redistribuye desde abajo hacia arriba.
GF -- Precisamente, de los más pobres a los más ricos.
FF -- ¿Es este fenómeno pasajero, producto de la excepcional historia de Obama y la convergencia de su campaña con la crisis financiera mundial, y la impopularidad del partido en el gobierno, o representa un cambio permanente en las relaciones raciales en Estados Unidos?
GF -- Obviamente ésta es una coyuntura extraordinaria e irrepetible. No habrá otro candidato como Obama, ni tampoco -- esperamos -- otra administración tan desastrosa como la de Bush. Pero yo creo que Obama ha sabido aprovechar esta coyuntura para realizar cambios que van a ser duraderos, ha abierto oportunidades para gente de diferentes razas y ha hecho que la gente se atreva a pensar en respuestas nuevas a los desafíos nuevos.
FF -- ¿Ganará el 4 de noviembre?
GF -- Las encuestas dicen que sí. Pero aún si no gana la elección, el país ha ganado enormemente gracias a esta campaña. Obama empezó su carrera en las calles de Chicago como organizador de comunidades, y esta campaña ha sido el más grande proyecto de organización de comunidad imaginable. En las oficinas electorales de Obama, en lugares como Wheeling, West Virgina y otros lugares remotos tanto como en los barrios más sofisticados, latinos, negros, blancos y otros ciudadanos han aprendido -- en muchos casos por primera vez en sus vidas -- a trabajar juntos por una causa común. Gracias a Obama, estamos empezando a conocernos, los unos a los otros, y descubriendo que “el otro” no es tan diferente como nos imaginábamos.
FF -- Y ¿si pierde?
GF -- Bueno, podría pasar. En ese caso mucha gente, incluyéndome a mí, sospecharía fraude electoral, porque hemos visto los intentos de suprimir el voto de jóvenes y de gente negra en muchas partes del país. Y sería muy difícil para McCain gobernar, con mayoría demócrata en ambas cámaras de la legislatura, con su propio partido divido, y sin mucho apoyo popular. Pero gane quien gane, Barack Obama y los millones de personas que ha atraído a su campaña habrán cambiado el país.
Fidedigna Fuentes reporta desde América Latina y España para los diarios Iberomundo y Otro País.