02 abril 2016

Un mayor de la tribu

Geoffrey, cuando era joven y guapo
Mañana cumpliré 15 lustros, y para todos los que envejecen, os ofrezco estos pensamientos. 

Hace cinco años, cuando llegué a los 70, celebré mi nueva condición de mayor de la tribu con una nota para aceptar las responsabilidades. Hoy que cumplo un lustro más, me toca rendir cuentas a la tribu, la que se llama humanidad, y reafirmar mi compromiso con ella.
Como todos sabemos, la principal responsabilidad de las personas mayores es orientar a los más jóvenes de la tribu. No dirigir ni mandar, sino prestarles nuestra mayor experiencia y sabiduría, que son dos cosas diferentes.
La experiencia vale si el haber vivido situaciones muy diversas nos da una idea acertada de cómo enfrentar una nueva — si no, no. Porque para juzgar si una respuesta es la adecuada, hace falta una cosa muy diferente, la sabiduría.
Por sabiduría entendemos una manera de pensar, más pausada pero más consistente, que se desarrolla independientemente de la diversidad de experiencias y que nos permite reunir y evaluar la información. La produce un cambio fisiológico e inevitable, en todos los seres humanos, cada vez más notable después de los 40 o 50 años y llegando a su plena madurez mucho más tarde. Simplificando mucho, el hemisferio cerebral izquierdo, que capta nueva información, aunque sigue funcionando (en el mejor de los casos), cede protagonismo al hemisferio izquierdo, cuyo tejido de neuronas es cada vez más denso, y que funciona para convirtir lo aprehendido — lo captado — en lo aprendido, es decir, información usable.
Entonces yo, celebrando y aprovechando esta nueva configuración cerebral, en este pasado lustro he procurado cumplir una parte de mis obligaciones para con todos vosotros. Es algo que cada persona mayor tiene que hacer a su manera. La mía ha sido dejar escritos más historias y análisis, para estimular cerebros ajenos en ambos hemisferios. Pero todavía me falta mucho de lo que me he propuesto para apoyar y sugerir cómo responder a las cosas que nos pasan — tendré trabajo para algunos lustros más. 
Aquí puedes leer la versión más elaborada de estas ideas que escribí (en inglés) hace 5 años: Becoming an elder

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Geoffrey Fox's short story collection Welcome to My Contri (1988, enlarged e-book 2010) was described by The New York Times Book Review as a "short and impressive work" in which "Mr. Fox [...] has created a memorable set of players who, while not natural antagonists (they often share the same dreams and goals), are still somehow bent on confrontation. Watching their sometimes vicious, often darkly humorous interactions leaves us thoroughly wrung out and aware that we are in the presence of a formidable new writer". Novels: A Gift for the Sultan (2010), Rabble! (2022) His articles, op-eds and book reviews have appeared in The Nation, The New York Times, the Village Voice and other publications. Since 2008, Fox has been living with his partner, architect Susana Torre, on the edge of the Mediterranean in the village of Carboneras in Andalusia, Spain, where his short stories (in Spanish) under the pen name "Baltasar Lotroyo" ("el otro yo" = alter ego in Spanish) have appeared in anthologies and online publications.